miércoles, 5 de septiembre de 2007

Conservacionistas…

Platicando con uno de los más reconocidos conservacionistas, al menos para los lectores de este blog, discutíamos sobre los verdaderos problemas de nuestro planeta:

Ciertamente el calentamiento fue el término al cual los dos llegamos, pero el punto está en que no es de sabios concluir que ese no es el verdadero problema, no es la raíz ni el fondo de lo que nos aqueja… o más bien de lo que aqueja al planeta y sus diferentes habitantes.

Si existe un mal que está destruyendo y erosionando toda forma de vida conocida y aun por ser descubierta, es esa terrible plaga de parásitos que llegan, se multiplican, acaban con el entorno y entonces emigra a una nueva zona para consumirla… El ser humano.

Todos lo sabemos, al menos tácitamente; el verdadero problema de nuestro planeta es la sobrepoblación de seres humanos; somos los que consumen las áreas, propiedad de ecosistemas que muy probablemente han estado ahí desde mucho antes que nosotros, y lo hacemos directa o indirectamente, pues a fin de cuentas para alimentar y saciar las necesidades, incluso de los que vivimos en las ciudades (o especialmente de los que vivimos en las ciudades), deben ser devastadas grandes zonas boscosas y selváticas. Hablemos de nuestro país únicamente; para saciar las necesidades energéticas de una ciudad como el Df o como Puebla, es necesario crear presas destruyendo infinidad de ecosistemas que a simple vista parecen insignificantes, pero de los cuales dependemos de una forma inimaginable!

Así que el conservacionista me dice:

- Bueno, entonces la propuesta sería reducir los niveles de población? Hacer que un par de generaciones se abstengan de tener hijos como en la película "Los hijos del hombre"? (si alguno de ustedes está cercano en adivinar quién es este conservacionista, sabrá que en su familia, la labor de tener hijos es tomada muy en serio).

Obviamente pienso que no se trata de algo tan drástico. Analizando bien las cosas y suponiendo que todos los que en verdad estamos interesados en darle un respiro a nuestro planeta, decidiéramos abstenernos de tener hijos, al final nos convertiríamos entonces en un sector humano en peligro de extinción, y lo peor de todo esto sería que lo hijísimos-de-su-reputamadre a los que les vale el planeta, seguirían cogiendo como conejos y sus engendros multiplicarían en sus pseudos-valores el desinterés por nuestro planeta.

He oído decir a muchas mamás y abuelitas: hay pues que egoísta quien sólo quiere vivir para él mismo y que no sueña con un día tener hijos y formar una familia.

Tal vez no se trata de llegar al extremo de decir "si amas a tu planeta no tengas hijos!" pero al menos si hacer conciencia de que con uno o dos basta para mantener un equilibrio y para poco a poco ir reduciendo los niveles de población. Y sí preocuparnos por inculcar buenos valores a los hijos que algún día lleguemos a tener.

Pero en lo que si estoy absolutamente de acuerdo y que yo apoyaría cañón, sería en una campaña para cortarle los huevos con piedra pómex a tod@s y cada un@ de l@s que avienten basura por sus ventanillas cuando viajan en coche (y más si son cascaritas de pepita y las escupen!).

Yiak!

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